sábado, 2 de marzo de 2013

La hermosa fortaleza roja

Soy aficionada al arte árabe en cualquiera de sus manifestaciones. Me parece sumamente interesante y agradable para los sentidos, ya sea de forma visual o auditiva. Y me sobra decir que, desde luego, conocer otras culturas y su arte es algo muy enriquecedor a nivel personal. 

He caído en la cuenta de que hasta ahora no he dedicado ninguna entrada sobre este tema. Todo lo que he escrito ha sido acerca de parajes naturales –excepto en el caso de Buitrago del Lozoya. Por eso hoy vengo a hablaros de una maravilla construida hace cientos de años y la cual es un orgullo para nuestro país. De hecho, yo creo que toda persona que viva en España debería ir a ver este monumento al menos una vez en su vida. Pero no hace falta que yo lo diga, porque de sobra es conocido por todos que la Alhambra es una joya histórica y artística de nuestro país, y un orgullo indudable para la ciudad de Granada. 

Sin meterme en explicaciones de historia sobre su construcción y sus características, os vengo a contar mi experiencia personal en mis visitas a tan bello lugar. He estado en la Alhambra tres veces en mi vida: la primera, en unas vacaciones de verano, en la época en que iba al colegio; la segunda, cuando tenía 16 años y estaba en el instituto; y la última, hace casi dos años, estando ya en la universidad. Cada una de las veces que he ido ha sido distinta de la anterior y me han servido para reafirmarme en mi gusto por el arte árabe y mi convicción de que la Alhambra es uno de los monumentos más interesantes y bellos que he visto. 

Dicen por ahí que no hay que fiarse de las apariencias, que el exterior engaña, y estoy de acuerdo con el dicho. Sin embargo, la Alhambra no cumple esa regla. Si a primera vista ya aparece majestuosa ante nuestros ojos, por dentro no lo es menos. Os invito a que hagáis la prueba. Primero observadla por fuera, sin prisas, deleitándoos con su visión. Un momento ideal es al atardecer en el Mirador de San Nicolás, desde donde hay unas vistas privilegiadas. A esa hora del día uno entiende por qué la Alhambra también es llamada la “fortaleza roja”. 





Dentro de la Alhambra, nos esperan los bellos jardines de Generalife, con sus flores por doquier y sus fuentes. ¡Qué gran acierto el del agua! Si os paráis a mirar y a escuchar atentamente, no podréis dejar de apreciar el efecto tan relajante que crea el agua con su sonido y su reflejo en las paredes (esto se aprecia muy bien, por ejemplo, en el Patio de los Arrayanes).















Y dentro de los edificios, ¡qué exquisitez en la decoración! Todo es hermoso. Mientras que el aspecto exterior de la fortaleza puede parecer sobrio –dentro de su grandeza–, el interior es precisamente lo opuesto. No puedes dejar de deleitarte con cada uno de los detalles que se pueden apreciar en el techo, en las columnas, en las paredes… Mires donde mires, puedes encontrar algo en lo que pararte a mirar y examinar. 










¿Y que os gustan las vistas panorámicas? No hay problema. Desde la Alhambra podéis disfrutar de ellas. ¿Qué os parecen estas? 
 



Cuando estaba en aquel lugar no podía dejar de preguntarme cómo sería la vida allí hace siglos. Nosotros lo vemos como un monumento, una construcción grandiosa, pero no olvidemos que además de fortaleza, contaba con un palacio. Ahora sólo quedan los restos, muy bien conservados, de lo que fue, pero imaginaos cómo debía ser en su época con todos los lujos propios de los palacios y con las gentes yendo y viniendo de un lugar para otro. Debía ser increíble. ¡Qué no daría por poder verlo! En fin, habrá que conformarse con la imaginación, que es libre y puede crear los mundos de ensueño que queramos. 

Según voy terminando de escribir esta entrada de mi blog, me están entrando ganas de volver a Granada para explorar cada uno de los rincones de la Alhambra (sin duda tengo que volver a hacerlo en el futuro). Pero no me gustaría despedirme sin compartir con vosotros un poema de Ángel Ganivet dedicado a esta belleza que es la “fortaleza roja”. Espero que os guste tanto como a mí. 


TORREONES DE. LA ALHAMBRA 

¡Qué silenciosos dormís, 
torreones de la Alhambra! 
Dormís soñando en la muerte, 
y la muerte está lejana. 
Sale el sol y vuestros muros 
tiñe con tintas doradas, 
sale la luna y os besa 
con sus rayos de luz blanca, 
y vosotros dormís siempre 
y la muerte está lejana. 
La noche serena os cubre 
con su túnica estrellada, 
y la noche tenebrosa 
os prende en sus negras alas, 
y vosotros dormís siempre 
y la muerte está lejana. 
Puras gotas de rocío 
vuestras almenas esmaltan; 
la lluvia, cruel, azota, 
vuestras macizas murallas, 
y vosotros dormís siempre 
y la muerte está lejana. 
La brisa amorosa os trae 
dulces caricias del alba; 
sopla el vendaval airado 
y a las viejas puertas llama, 
y vosotros dormís siempre 
y la muerte está lejana. 
Un sueño de largos siglos 
por vuestros muros resbala, 
cuando llegue a los cimientos 
vuestra muerte está cercana. 
¡Quién fuera como vosotros, 
y largos siglos soñara, 
y desde el sueño cayera 
en las sombras de la nada!

sábado, 9 de febrero de 2013

Una joya de la costa almeriense

Bien sabéis que me gusta recomendaros sitios para que visitéis –tal es el propósito de mi blog–, y por eso hoy, después de mucho tiempo sin aparecer por aquí, vengo a proponeros la visita a un lugar especial en este post.

El sitio en cuestión del que hoy vengo a hablaros es la Playa de los Muertos (Almería). Esta playa se encuentra situada entre las poblaciones de Carboneras y Agua Amarga, y es un lugar considerado como zona protegida, ya que se encuentra en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.


Playa de los Muertos

El nombre de la playa es tal vez un tanto macabro, pero tiene su porqué. Antaño las corrientes marinas traían hasta la costa los cadáveres de los fallecidos en naufragios, y por este motivo recibe el nombre de Playa de los Muertos. Pero no os preocupéis por eso. Lo cierto es que este lugar de oscuro y macabro no tiene nada; de hecho, desearéis no iros de allí una vez piséis el sitio.

Cualquiera que visite esta playa debe saber que el acceso no es directo. Para llegar a ella, en primer lugar, debemos aparcar el coche en la parte de arriba (se accede por la ALP-712, entre Carboneras y Agua Amarga, como os señalé antes) y después bajar hasta la playa andando o bien en bicicleta. Se trata de un sendero en descenso, seco y un tanto apartado de su destino, pero merece la pena recorrerlo: la Playa de los Muertos nos espera con sus cristalinas aguas de color turquesa.


Ver mapa más grande

¿Y por qué recomiendo esta playa? Como os digo, por el color turquesa de sus aguas, a la par que por su transparencia. Algo que yo valoro mucho en una playa o cala para considerarla de interés natural y paisajístico –e imagino que mucha gente aparte de mí– no es que sea muy turística, la típica playa tipo Benidorm, sino que tenga las características que he señalado al principio de este párrafo (al igual que pasa con las innumerables calas de Mallorca, como os contaba hace tiempo). Y esto la Playa de los Muertos lo tiene, sin duda. Y por otra parte, el hecho de que sea “difícil” acceder a ella, o más bien, que esté oculta a simple vista, la hace más atractiva a mis ojos.





Lo único que señalaría como negativo es que, debido precisamente a que es poco transitada y que sus aguas están tan limpias, la temperatura es algo baja dentro. Si pretendéis meteros a daros un baño tened en cuenta esto si sois sensibles a los cambios de temperatura, porque es posible que os dé impresión nada más entrar. Pero ánimo, valientes, el baño en este tipo de playas merece mucho la pena.


Siento no tener más imágenes de este paraje para que podáis echar un vistazo más detallado, pero la verdad es que aquel día no hice muchas fotos -cosa que, por otro lado, no me explico. Para compensarlo, os dejo un vídeo que he encontrado por Youtube sobre el lugar, que espero que sirva para que os hagáis una idea mejor de cómo es esta playa.



Sólo me resta decir que la Playa de los Muertos está considerada como una de las mejores de España, e incluso algunos llegan a decir que es la mejor. Yo no sé si será la mejor, pero si os puedo decir que está en la lista de las playas que más me han gustado en mis recorridos por los litorales españoles.