Mi subida a Panticosa es uno de los recuerdos más gratos que
tengo de mi visita a los Pirineos. El encanto de esta ruta está, por supuesto,
en el recorrido en sí, pero es en los últimos tramos, en los lagos y en el Mirador
de los Valles, donde encontraremos nuestro premio. Si después de leer esto
consigo animar a alguien a que vaya a conocer este lugar, le recomiendo que
vaya temprano si elige la ruta dura, esto es, la de subida completa a pie.
Para llegar al pueblo de Panticosa, y tomando como
referencia Huesca, tomaremos la E-7 dirección Sabiñánigo. Una vez allí
tomaremos la N-260 dirección Biescas, y desde este lugar iremos por la A-136
hasta llegar a nuestro destino. Llegados a este punto, aparcaremos el coche
cerca del puente de piedra cercano al teleférico.
Ahora hay dos opciones: subir a pie o subir en el teleférico. Ya os advierto que la subida es bastante dura por el desnivel y que una vez arriba, en la otra caseta del teleférico, pasadas unas dos horas, hay otra caminata de hora y media aproximadamente hasta que alcancemos el mirador. También advierto que sólo la subida en teleférico (o en su defecto, la bajada) ya tiene un precio elevado. Esto ya es a elección de cada cual.
Lugar donde podemos coger el teleférico
El camino de tierra está muy bien marcado hasta la cima,
sólo hay que seguirlo. El primer tramo lo pasaremos rodeados de árboles y según
vayamos ascendiendo los dejaremos atrás para dar paso a los prados verdes y a
las vacas que pastan en ellos.
Vistas de las que podemos disfrutar a lo largo de la subida
Independientemente de la opción que hayamos escogido para subir,
debemos llegar hasta la caseta de servicio que conecta con el final del
teleférico. Aquí podremos reponer fuerzas si hemos subido andando, aunque ya os
podéis imaginar que los precios de los artículos que aquí venden no son
precisamente baratos (por lo tanto, es recomendable llevar la comida y la
bebida en la mochila si queremos ahorrarnos unos euros).
Una vez hecho esto, avanzaremos unos metros en el camino y
nos dirigiremos hasta un punto en que el camino se bifurca por la izquierda
hacia los lagos y el mirador, y a la derecha hacia la Hoz de Jaca. Tomaremos el
camino de la izquierda.
Los lagos de Panticosa son dos: el ibón o lago de Sabocos y
el de los Asnos. El primero lo encontraremos pronto. Una vez que hemos andado
unos minutos, llegaremos a un desvío hacia la izquierda que nos conduce al ibón
de Sabocos. Sin embargo, si lo preferimos también podemos observarlo desde el
propio camino. Siguiendo el camino, y sin necesidad de desviarnos mucho del
camino principal, llegaremos al lago de los Asnos, a una altitud de 2.069
metros.
Ibón de Sabocos
Indicador que nos conduce hacia el mirador y el lago de los Asnos
Imágenes del lago de los Asnos
Y finalmente, llegamos al último tramo de este recorrido y,
como suele suceder, el más duro de todos. Pero una vez arriba podremos
disfrutar de unas impresionantes vistas de los Pirineos tanto por una vertiente
del mirador como por la otra.
Peña Roya y Peña Blanca vistas desde el último tramo de recorrido
Vistas desde el Mirador de los Valles
El tiempo que empleé yo para hacer todo esto fue de
aproximadamente unas tres horas y media, sin contar el tiempo de descanso en la
caseta de servicio de esquí.
Y si queréis completar el día a lo grande, os aconsejo que una
vez que hayáis hecho el camino de vuelta y estéis en el pueblo, os acerquéis
con el coche hasta el balneario de Panticosa, unos kilómetros más arriba.
Rodeado de montañas y con dos grandes caídas de agua, el balneario se encuentra
en un lugar muy agradable para la vista y con un encanto especial.
Además, no tenemos porqué contentarnos con mirar de lejos: contamos
con la posibilidad de acercarnos a las cascadas y sentir de cerca el frescor
que desprenden estas caídas de agua (pero, cuidado: podemos acabar empapados si
nos acercamos demasiado).
Visión general del lugar donde se encuentra el balneario
Las dos cascadas que podemos encontrar en el balneario
En definitiva, creo que Panticosa es uno de esos lugares no
tan conocidos (en cuanto a interés natural se refiere, ya que el balneario sí
es más conocido) como lo son otros, véase el Parque Nacional de Ordesa y Monte
Perdido, pero ello no quiere decir ni mucho menos que sea menos digno de ver;
de hecho, yo recomiendo que os paséis por aquí si algún día vais a conocer el
Pirineo aragonés.