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jueves, 4 de octubre de 2012

Rincones del Pirineo con encanto: Panticosa

Al norte de la provincia de Huesca y en pleno Pirineo aragonés, encontramos el pequeño pueblo de Panticosa. Mi visita a este lugar se remonta a julio de 2010, cuando fui a conocer este maravilloso conjunto montañoso que tenemos al noreste de la península y que son los Pirineos.

Mi subida a Panticosa es uno de los recuerdos más gratos que tengo de mi visita a los Pirineos. El encanto de esta ruta está, por supuesto, en el recorrido en sí, pero es en los últimos tramos, en los lagos y en el Mirador de los Valles, donde encontraremos nuestro premio. Si después de leer esto consigo animar a alguien a que vaya a conocer este lugar, le recomiendo que vaya temprano si elige la ruta dura, esto es, la de subida completa a pie.

Para llegar al pueblo de Panticosa, y tomando como referencia Huesca, tomaremos la E-7 dirección Sabiñánigo. Una vez allí tomaremos la N-260 dirección Biescas, y desde este lugar iremos por la A-136 hasta llegar a nuestro destino. Llegados a este punto, aparcaremos el coche cerca del puente de piedra cercano al teleférico.

Ahora hay dos opciones: subir a pie o subir en el teleférico. Ya os advierto que la subida es bastante dura por el desnivel y que una vez arriba, en la otra caseta del teleférico, pasadas unas dos horas, hay otra caminata de hora y media aproximadamente hasta que alcancemos el mirador. También advierto que sólo la subida en teleférico (o en su defecto, la bajada) ya tiene un precio elevado. Esto ya es a elección de cada cual.

Lugar donde podemos coger el teleférico

El camino de tierra está muy bien marcado hasta la cima, sólo hay que seguirlo. El primer tramo lo pasaremos rodeados de árboles y según vayamos ascendiendo los dejaremos atrás para dar paso a los prados verdes y a las vacas que pastan en ellos.


 Vistas de las que podemos disfrutar a lo largo de la subida 

Independientemente de la opción que hayamos escogido para subir, debemos llegar hasta la caseta de servicio que conecta con el final del teleférico. Aquí podremos reponer fuerzas si hemos subido andando, aunque ya os podéis imaginar que los precios de los artículos que aquí venden no son precisamente baratos (por lo tanto, es recomendable llevar la comida y la bebida en la mochila si queremos ahorrarnos unos euros).

Una vez hecho esto, avanzaremos unos metros en el camino y nos dirigiremos hasta un punto en que el camino se bifurca por la izquierda hacia los lagos y el mirador, y a la derecha hacia la Hoz de Jaca. Tomaremos el camino de la izquierda.

Los lagos de Panticosa son dos: el ibón o lago de Sabocos y el de los Asnos. El primero lo encontraremos pronto. Una vez que hemos andado unos minutos, llegaremos a un desvío hacia la izquierda que nos conduce al ibón de Sabocos. Sin embargo, si lo preferimos también podemos observarlo desde el propio camino. Siguiendo el camino, y sin necesidad de desviarnos mucho del camino principal, llegaremos al lago de los Asnos, a una altitud de 2.069 metros.


Ibón de Sabocos

Indicador que nos conduce hacia el mirador y el lago de los Asnos 


Imágenes del lago de los Asnos

Y finalmente, llegamos al último tramo de este recorrido y, como suele suceder, el más duro de todos. Pero una vez arriba podremos disfrutar de unas impresionantes vistas de los Pirineos tanto por una vertiente del mirador como por la otra.

Peña Roya y Peña Blanca vistas desde el último tramo de recorrido


Vistas desde el Mirador de los Valles

El tiempo que empleé yo para hacer todo esto fue de aproximadamente unas tres horas y media, sin contar el tiempo de descanso en la caseta de servicio de esquí.


Y si queréis completar el día a lo grande, os aconsejo que una vez que hayáis hecho el camino de vuelta y estéis en el pueblo, os acerquéis con el coche hasta el balneario de Panticosa, unos kilómetros más arriba. Rodeado de montañas y con dos grandes caídas de agua, el balneario se encuentra en un lugar muy agradable para la vista y con un encanto especial.

Además, no tenemos porqué contentarnos con mirar de lejos: contamos con la posibilidad de acercarnos a las cascadas y sentir de cerca el frescor que desprenden estas caídas de agua (pero, cuidado: podemos acabar empapados si nos acercamos demasiado).

Visión general del lugar donde se encuentra el balneario


Las dos cascadas que podemos encontrar en el balneario


En definitiva, creo que Panticosa es uno de esos lugares no tan conocidos (en cuanto a interés natural se refiere, ya que el balneario sí es más conocido) como lo son otros, véase el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, pero ello no quiere decir ni mucho menos que sea menos digno de ver; de hecho, yo recomiendo que os paséis por aquí si algún día vais a conocer el Pirineo aragonés.